Sola Scriptura y la Traducción de la Biblia

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Autor: Stevan Henning

Ningún libro en la historia de la humanidad ha sido más popular que la Palabra Santa de Dios. Aun más que las enciclopedias o los diccionarios o libro cualquier, la Biblia sigue como el libro más vendido año tras año. Hace hincapié en la verdad que lo único que satisfará el hambre y la sed de la humanidad es Dios en Su plenitud, como es revelado por medio de Su Palabra. Fue esta hambre y sed en la vida de unos hombres por la verdad, que empezó el período que llamamos la Reforma. Dios actuó en los corazones de unos tantos hombres para que tuvieran ganas de descubrir para sí el camino verdadero al cielo.

Por más de mil años la iglesia visible, la Iglesia Católica Romana, se fue conformando a sus tradiciones, sus costumbres, y sus concilios, pero no a las Escrituras. No que la Biblia no fuera usada. Lo fue. Pero la verdad es que tenía una importancia secundaria en comparación con la autoridad de sus líderes y sus costumbres. Fue tanto el problema que fue casi imposible hallar el evangelio verdadero que habían declarado Moisés, los profetas, Cristo y los apóstoles. Pero Dios en Su misericordia y gracia abría los ojos, siempre en Su tiempo, de algunos hombres. Estos hombres a quienes respetamos profundamente fueron herramientas en las manos de Dios, no solamente para predicar la antigua verdad del evangelio que se había olvidado o por lo menos eclipsado, sino también Dios hizo que estos hombres de valor realizaran una tarea hasta más importante o por lo menos más duradera: la preservación de las Sagradas Escrituras.

La Reforma , que oficialmente comenzó el 31 de octubre de 1517, enfatizó las solas de la Reforma. Estas solas del idioma latino: sola fide, solus Christus, sola gratia, soli Deo gloria, y sola Scriptura , llegaron a ser las columnas doctrinales del protestantismo y el movimiento reformador en general. Lo interesante y tal vez lo más importante fue el énfasis en la sola Scriptura , dado que Dios es un Dios de palabras y se revela a través de Su Palabra. Fue necesario para los reformadores establecer una autoridad inmovible para sus enseñanzas. Ellos encontraron en la Biblia esa autoridad que necesitaron para reformar la iglesia. Vieron en la Biblia su propio testimonio de sí mismo.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra . 2 Timoteo 3:16-17

Este testimonio les aseguró de la necesidad de acudir a la Biblia como la única base para establecer su autoridad en atacar las enseñanzas del papado, los concilios católicos, y las costumbres de la iglesia romana.

No nos debe sorprender, entonces, que la mayoría de los reformadores vieron la gran necesidad de tener una Biblia en cada iglesia en el idioma de la gente común. Fue esta convicción que hizo que muchos reformadores pasaran varios años de sus vidas en la producción de una Biblia para su pueblo.

Sin embargo, esta preocupación no fue nada nueva. Más de cien años antes de Lutero, los pre-reformadores se preocuparon por tener una Biblia que cada persona pudiera leer. Este deseo tan ferviente se destacó más por los pre-reformadores de Inglaterra.

Juan Wycliffe, es frecuentemente llamado “La estrella de la mañana de la Reforma ”. Wycliffe nació en 1324 en Yorkshire, Inglaterra. Él fue uno de los primeros en preocuparse por la producción de la Biblia en el idioma inglés. Habiendo estudiado en la Universidad de Oxford, él se destacó como un estudiante sobresaliente y recibió el apodo “la flor de Oxford”. Él predicó, junto con sus Lollards, el evangelio como fue declarado en la Biblia.

Durante sus años universitarios fue convencido que la Biblia era la única fuente de autoridad tanto para la iglesia como para el individuo. Este convencimiento en su juventud llegaría a ser uno de los papeles más importantes que le tocaría más tarde en la vida.

La Plaga Negra había destruido más de la mitad de la población de su patria y él fue totalmente convencido que el día del Señor estaba cercano. Le dolió la ignorancia del pueblo que había sido cegado por no tener acceso a la Biblia en sus cultos, sus vidas, y en sus hogares. Aun peor era el maltrato por parte de los frailes mendigos católicos hacia los ingleses. Varias injusticias lo motivaron a predicar en contra de la iglesia romana. La venta de las indulgencias para el perdón de los pecados, los impuestos exigidos por Roma por más de cien años, por la humillación del rey Juan en 1215 y la confiscación de todos los bienes de cualquier hombre que no dio parte de sus bienes a los cofres del Papa al pasar de esta vida.

Wycliffe fue persuadido que la única esperanza de terminar con estas injusticias y la ignorancia casi total de la gente en los asuntos espirituales se hallaba en que cada persona tuviera una Biblia. Pero no solamente una Biblia, sino una Biblia en inglés. Tal convicción le impulso a traducir de la Vulgata , la versión latina, al inglés. Él completó esta traducción en 1382. Esta traducción fue publicada con el arduo trabajo de las manos de cientos de héroes cuyos nombres se han olvidado durante el lapso de más de 600 años. (La imprenta de Gutenberg no apareció hasta sesenta años mas tarde.) ¡Lo increíble es que tenemos más de 170 copias de esta Biblia! Unos historiadores lo reconocen como la persona de mayor influencia para promover lo que llamamos la Reforma. Esta traducción inglesa produjo una serie de traducciones tales como la de Tyndale, la versión de Ginebra, la versión autorizada. Unos, entre ellos el famoso historiador John Fox, creen que más que cualquier otro personaje incluso a Lutero, John Wycliffe fue la persona más importante en la Reforma en Inglaterra.

Menos de cien años después de la muerte de Wycliffe, nació en Alemania un hombre que hoy en día se reconoce como uno de los humanos más influyentes de toda la historia. Su nombre fue Martín Lutero. Preocupado por su salvación, Lutero estudió la Biblia , pero en ella no halló nada de consuelo. Mas bien, entendió claramente que Dios exige la justicia perfecta del hombre. Las demandas de Dios causaron que Lutero odiara a Dios. No hubo paz en su ser porque se dio cuenta que su pecaminosidad le llevaba cada día mas cerca de las puertas del infierno.

Pero un día, Lutero, por la gracia infinita de Dios descubrió las palabras que “el justo por la fe vivirá.” Lutero entendió que la justicia no se referí a al juicio que tanto temía sino más bien se refiere que Dios ha proveído el cumplimiento de la exigencia de su justicia perfecta por medio de Su Hijo, Jesucristo. También, se dio cuenta de que la fe no salva, pero comprendió que la salvación es por medio de la gracia, pero Dios concede el don de la fe para propiciar la gracia a nuestra cuenta. Lutero dijo al pedir que Dios abriera su corazón: “Sentí que había nacido de nuevo y que las puertas del paraíso me habían sido franqueadas. Las Escrituras todas cobraron un nuevo sentido. Y al partir de entonces la frase ‘la justicia de Dios’ no me llenó más de odio, sino que se me tornó indeciblemente dulce en virtud de un gran amor.”

Es este nuevo sentido de las Escrituras que ocupó la mayor parte del resto de la vida de Lutero. Se dio cuenta de que Huss, quien había sido condenado a morir por sus herejías, enseñaba nada más que la verdad bíblica y que un cristiano con la Biblia a su lado tenía más autoridad que cualquier hombre sin ella. Los papas y los concilios, según Lutero, solamente tienen autoridad auténtica al concordar con las enseñanzas del Libro Sagrado. Para Lutero fue importante que la gente alemana tuviera la Biblia en su idioma propio. Emmanuel, Dios con nosotros , se hace igual a la Palabra de Dios. Esta doctrina él deducía de Juan 1:1, En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Es por medio, entonces, de ella que Cristo se llega a nosotros. Otro pasaje de suma importancia para él fue Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Dios, en Su soberanía hizo que Lutero pasara varios años ocultándose realizando una gran obra que impulsaría a otros reformadores a preocuparse por la traducción de la Biblia en su lenguaje. Lutero empezó primero con el Nuevo Testamento y pasó dos años en esta traducción. Después, duró diez años en traducir el Antiguo Testamento. No es que solamente dio acceso para que la gente común pudiera leer la Palabra de Dios, sino que además se prestó para desarrollar el idioma alemán y crear un ambiente de nacionalismo. Hasta el día de hoy, la versión de Lutero sigue como la preferida de la población alemana.

Como la traducción luterana dio apoyo al desarrollo del idioma alemán, así también sucedió en Inglaterra con la Versión Autorizada , reconocida tal vez como la obra literaria más prestigiosa de toda la historia humana. Escrita baja el mandamiento de Rey Jaime I de Inglaterra, esta Versión sigue muy de la moda en muchas iglesias. Esta versión que se llama también la Versión del Rey Jaime fue al principio fuertemente resistida por aquellos que querían reformar la iglesia anglicana, pero poco a poco fue aceptada. La ultima revisión fue en 1769 y aunque su inglés es del estilo Isabelino, es una versión fácil de leer y su forma poética la destaca como obra literaria. Esta Biblia fue la Biblia de John Bunyan, Jonathan Edwards, John Newton, William Carey, John Patton, y Charles Spurgeon.

Quizás no hay ningún idioma que haya disfrutado de una bendición mayor de la Biblia que la gente inglesa. Respecto a este hecho, el pueblo inglés se ha llamado desde el periodo de la Reina Victoria , “un pueblo del Libro.” Como ya se destacó, Dios empezó esta bendición con Juan Wycliffe, pero la continuaba a través de varias traducciones. Poco después de Wycliffe, empezó William Tyndale su obra de traducir el Nuevo Testamento directamente del griego. Él hizo que le llegaran encubiertamente desde Alemania los textos griegos. Es Tyndale quien se reconoce como el primer inglés para traducir el Nuevo Testamento del griego al inglés. Pero siguió un periodo de tesoro durante los siguientes cien años cuando fueron publicadas La Biblia de Ginebra, La Gran Biblia , (por su tamaño, pero también llamada la Biblia de Coverdale quien hizo responsable por su traducción) y La Biblia de los Obispos. Debemos a los ingleses el agregar los números para citar mas fácilmente los pasajes de este Libro Santo.

En el año 1604 el recién llegado monarca Rey Jaime de Escocia comisionó más de cincuenta traductores para traducir de los idiomas originales al inglés. El Rey Jaime también sirvió como el rey de Escocia. Aunque no destacó las características de un creyente verdadero, las enseñanzas de John Knox tuvieron un impacto sobre su reino. Él estableció “el reino del derecho divino.” Los calvinistas reconocieron la verdad de Romanos 13:1-2 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Y le sirvió al rey enfatizar esta enseñanza bíblica. Para Rey Jaime, esta enseñanza le hizo exigir una obediencia total por medio de sus súbditos.

Su deseo fue unir a dos países que habían tenido guerra entre sí por varios siglos. Como parte de este plan él deseaba unir las iglesias de Escocia e Inglaterra. Una manera de llevar a cabo este deseo fue tener una sola Biblia de uso tanto para los presbiterianos en Escocia como para los anglicanos en Inglaterra. Estos traductores fueron unos de los hombres más educados de su día. Usaron el texto griego desarrollado por Teodoro Beza y pasaron casi siete años en esta obra literaria. Estudiaron el estilo de la Biblia de Lutero, la versión Reina Valera, y también las versiones hechas anteriormente en inglés. La versión tomó mucho de la obra de Tyndale, pero estos eruditos se preocuparon por una versión digna de ser llamada la Palabra de Dios. Reconocieron sus faltas al tener la obra ya completa y su humildad en la presentación de esta obra es notable. Su influencia se nota en el lenguaje de los ingleses, los estadounidenses, y los canadienses. Se dice que ningún otro libro ha formado, embellecido y mantenido un idioma como la Versión del Rey Jaime.

La obra española fue algo que produjo una ardua persecución de aquellos hombres que Dios escogió para preservar Su Palabra en español. La Versión Reina-Valera es una obra prestigiosa entre las traducciones de los últimos quinientos años. Se reconoce como un tesoro verdadero entre la gente. Hoy en día, tiene mucho en común con la Versión Autorizada en inglés. Aunque ambos idiomas han experimentado un gran número de nuevas traducciones, la Versión Autorizada y la Reina-Valera siguen muy populares. Y tal vez por la novedad del evangelio verdadero entre los que hablan el castellano, la Reina-Valera de 1960 parece no haber perdido nada de aprecio y preferencia con la llegada de nuevas versiones y hasta aun nuevas ediciones de sí misma.

En 1543 Francisco de Enzinas publicó una obra inmensamente grande por un solo hombre. Tomando el texto de griego de Erasmo, Enzinas tradujo el Nuevo Testamento al castellano. Esta obra fue muy consultada para la versión Reina Valera. Trece años después un hombre llamado Juan Pérez también publica el Nuevo Testamento al español. Todo esto Dios hizo para realizar la obra literaria que hoy llamamos la Reina-Valera .

Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera se hallaron en medio de un ambiente hostil debido a la Inquisición Española y los dos fueron a Ginebra donde se quedaron poco tiempo antes de seguir a Londres, Inglaterra. En Inglaterra, Casiodoro de Reina se casó, pastoreó a un grupo pequeño de refugiados de su patria, pero más importante para nosotros siguió trabajando en la traducción de la Biblia , basada en el Nuevo Testamento de Erasmo y las versiones de Enzinas y Pérez. Debido a unas dificultades, salió de Inglaterra y eventualmente llegó a Francfort donde él terminó su obra prestigiosa en 1569, la primera versión completa de la Biblia en español. Cipriano de Valera, también trabajaba en la traducción de la Biblia y publicó su Nuevo Testamento en 1596. Seis años después, él publicó su revisión de toda la Biblia , basada en la obra de Casiodoro de Reina. Aunque hay nuevas versiones, La Reina Valera sigue como la más popular. Se ve la mano protectora de Dios sobre estos dos hombres para hacer la obra que hoy en día los lectores bíblicos españoles reconocen como la Palabra preservada de Dios.

Sola Scriptura . Dios es un Dios de palabras. Él habla y las cosas cambian; Él habla y hay cosas creadas. Él habla y viene la fe al corazón entenebrecido. Dios es un Dios que se manifiesta en las palabras. Si queremos conocer como Dios piensa, como Él actúa, como Él es, nada más tenemos que abrir La Biblia y leer. Esta lectura de las Sagradas Escrituras, junta con el toque especial del Espíritu Santo, hace maravillas, no solamente en el individuo, sino en una nación y aun en el mundo entero. Nuestra deuda a los reformadores, por costumbre, se considera el campo de la doctrina, la teología, o las libertades de la religión. Sin embargo, sin los esfuerzos de la traducción por los reformadores, la Reforma hubiera parado por falta de la verdad divina: La Palabra de Dios. Por consiguiente, se puede decir que la Reforma continua cada día en millones de casas en el ámbito mundial porque cada vez que la Biblia se abre, El Espíritu Santo tiene la oportunidad de reformar los corazones de los suyos.